Generar ingresos es la luz al final del túnel del proyecto, pero uno de los primeros pasos hacia el beneficio es una estimación precisa de los costes.
Elaborar una estimación de costes adecuada implica detallar todos los gastos que se prevé realizar a lo largo de un proyecto. Recopilar esta información le ayudará a cobrar a su cliente lo suficiente como para obtener beneficios del trabajo y también le guiará para mantener el proyecto dentro del presupuesto.
Por lo general, en las instalaciones de tecnología doméstica se utilizan dos estilos de estimación: ascendente y descendente. Cada uno de ellos implica contabilizar cada elemento y coste de mano de obra, pero hay proyectos y casos concretos en los que uno puede ser mejor que el otro. Es importante saber qué método de estimación se aplica mejor en cada situación.
En el estilo ascendente de estimación de costes, los gestores de proyectos calculan los costes de forma ascendente, empezando por abajo y contabilizando cada coste previsto. En resumen, los costes totales deben ser iguales al proyecto acabado. Aunque el método ascendente es básico, su ventaja es que es el más preciso para calcular el coste total de un proyecto. La precisión se consigue simplemente a través del proceso de empezar por los cimientos de un proyecto e ir subiendo a través de cada coste en la estructura de desglose del trabajo del proyecto.
Sin embargo, debido al esfuerzo necesario para detallar todos y cada uno de los gastos posibles (mano de obra, equipos, indirectos, directos), utilizar el enfoque ascendente lleva mucho tiempo. Por eso, en la estimación ascendente son fundamentales procesos ágiles y eficientes, como el uso de paquetes de trabajo estandarizados y estructuras formalizadas.
La estimación ascendente de costes, por su precisión, se aplica mejor en proyectos grandes y polifacéticos. Controlar los costes y ajustarse a un presupuesto suele ser de vital importancia en este tipo de proyectos, y la estimación ascendente permite trabajar precisamente en ese sentido.
El método de estimación descendente comienza con la identificación de todos los aspectos importantes del proyecto. En las instalaciones de tecnología doméstica, se suele empezar por los componentes y las características del trabajo. A continuación, se crean diferentes categorías de mano de obra que se aplican a cada tarea. El coste del proyecto se mide estimando la cantidad de mano de obra que se empleará en cada parte del trabajo. El coste establecido de la categoría de mano de obra se multiplica por cada tarea pertinente.
El enfoque descendente requiere un historial y un conocimiento de los precios de los proyectos para hacer una estimación precisa. Las instalaciones de menor envergadura suelen ser el mejor entorno para la estimación descendente.
Aunque no existe un diferenciador o inconveniente inherente, cada método de estimación tiene sus propias ventajas en determinados elementos y situaciones. Depende de usted, como gestor del proyecto, saber cuál es el mejor método para obtener el mejor resultado.
Para obtener más información sobre cómo trabajan los gestores de proyectos en las instalaciones domésticas inteligentes y cómo entregar los proyectos dentro del presupuesto, inscríbase en nuestro curso de gestión de proyectos.
Gestión de proyectos